martes, 10 de agosto de 2010

El último Catón, Matilde Asensi

Buenaaas! Siento no haberme pasado antes, pero he tenido bastante follón con el ordenador. Se metió un virus en el que salían los acentos por duplicado (vamos, que era más fácil escribir en inglés), hubo que formatear el ordenador y no me han dejado toquetearlo mucho. Pero bueno, a lo que iba. Traigo una reseña de un libro, para mi gusto, bastante interesante, recién sacada del congelador (no está la cosa como para utilizar hornos). El libro es de una autora hasta ahora para mí conocida de oídas, Matilde Asensi., y se titula "El último Catón".

No es de la línea de libros que yo acostumbro a leer, pero vi a mi hermano con él (se le veía satisfecho), y conseguí que me lo dejara (hasta nueva orden está en mi estantería). Nunca antes había leído novela histórica, y cuando lo empecé creí que podría ser un poco aburrida y que podría perderme entre tanto dato. Absolutamente NO. Tiene un estilo bastante fluido y agradable, con frases de nuestra época y lenguaje actual que, además, hace que la narración en primera persona y en pasado se haga más amena. En las primeras páginas, cuando la hermana Ottavia Salina empieza a nombrar cardenales, monseñores y todo tipo de cargos eclesiásticos con nombres raritos, es verdad que personas como yo (es decir, con memoria de pez) nos podemos hacer un lío de padre y muy señor mío, pero si tenemos al lado un papelito y lo vamos apuntando, no es para tanto. Las primeras descripciones sobre el capitán Glauser-Röist tienen bastante gracia, puesto que nuestra hermanita siciliana le da apodos como, por ejemplo, "la Roca" por esa expresión tan fría que tiene (pase lo que pase). Pero lo primero es lo primero: hay que explicar quiénes son la hermana Ottavia y el capitán Glauser-Röist. Ottavia Salina es una religiosa de la Orden de La Venturosa Virgen María procedente de una rica familia siciliana, los Salina, y residente en Roma. Además de ser monja, también es una afamada Doctora en Paleografía e Historia del Arte que trabaja como directora del Archivo Secreto y Biblioteca del Vaticano, unos cuantos metros bajo tierra. Sin tan siquiera esperárselo, su vida se convertirá en un auténtico lío. Conocerá a un capitán de la Guardia Suiza al servicio del Vaticano, que será uno de sus acompañantes en las próximas aventuras, decidirá por su cuenta hasta dónde está dispuesta a llegar por vencer a su curiosidad o viajará en avión más veces de las que ella tiene previstas. Ese Capitán no es otro que Kaspar Glauser-Röist, más conocido como "la Roca"; un tipo alto, con el pelo muy rubio y casi inexistente, de unos treinta y nueva o cuarenta años y un poco temerario a la hora de conducir. Habiendo estudiado Ingeniería Agrícola en Suiza, no se dedica precisamente a analizar los distintos tipos de terreno por los que pisa, sino a proteger al Vaticano de cualquier tipo de escándalo. Una vez conocidos los principales personajes iniciales, pasamos a ver la trama.
A la hermana Ottavia y al Capitán se les asigna una tarea que dista mucho de ser lo normal en su trabajo. Deben averiguar el significado de las escarificaciones encontradas en el cuerpo de un joven etíope que, según los más altos cargos de la Iglesia, ha pecado fuertemente contra ésta. Si dijéramos que las marcas son comunes, no habría ningún misterio, pero resulta de que se trata de siete cruces completamente distintas y siete letras del alfabeto griego. Los datos son pocos y el misterio prevalece sobre esta investigación tan sumamente extraña. A partir de aquí iremos conociendo las maravillosas aventuras que les deparan tanto a la hermana Salina y al Capitán como al profesor Boswell, un investigador del Museo Grecorromano de Alejandría y de origen Copto-Egipcio
que irrumpirá en la vida de Ottavia como un ciclón de sentimientos y dudas nuevas para ella.
Mientras que leemos esta maravillosa y amena novela, vamos viendo una nueva forma de analizar la Divina Comedia, de Dante Alighieri, y concretamente, los cantos de su segunda parte, Purgatorio. A veces, comprender estos cantos no es nada sencillo y nos podemos quedar con un palmo de narices, pero con las posteriores reflexiones de los protagonistas hacen más sencilla su comprensión. Vemos también como, poco a poco, se va agudizando el ingenio de nuestros personajes, puestos que son capaces de demostrar una agudeza mental absolutamente impresionante (si me hubiera pasado a mí, ni siquiera se me hubiera ocurrido pensar en la Divina Comedia). Saben introducirse en el pensamiento de los que, según ellos, son una panda de chiflados y ladrones con orígenes muy antiguos y que en lo único que piensan es en adorar a una cruz que ni siquiera es seguro que sea la Vera Cruz, es decir, la Cruz de Cristo encontrada por Santa Helena. Correrán peligros de todo tipo, pero no sólo físicamente, sino sentimentalmente también.
POSIBLES SPÓILERS: SI NO HAS LEÍDO EL LIBRO, ES MEJOR QUE PARES AQUÍ.

Personalmente, me encanta la forma en la que Ottavia se replantea su vocación religiosa y el hecho de colgar los hábitos por haber encontrado al que cree, el amor de su vida, Farag Boswell. Esas luchas internas por mantenerse firme, la forma en la que encierra sus sentimientos bajo llave para permanecer fiel a Dios y a su condición demuestran que, el que quiere, puede. A lo largo del libro podemos comprobar la favorable evolución que experimentan los personajes y las duras pruebas a las que son sometidas, pasadas con el suficiente ingenio y agudeza mental, aunque algunas en el último momento.
Mi nota en la escala de 10 sería...9

Y esto es todo por hoy. Seguimos contando los días, las horas, los minutos y los segundos que quedan para poder tener en nuestras manos, volando en libertad, Mockingjay, o en castellano, nuestro Sinsajo.
Y mi canción de hoy es... I want to break free, de Queen.
Nos leemos!

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